La comunión natural

La naturaleza de la mujer nutrida por un masculino solar florece y madura en abundantes y deliciosos frutos. En armonía con Gaia, va elevándose junto a las criaturas, fruto de su matriz femenina profundamente preñada de luz. Se siente contenta, agradecida y con ganas de compartir lo recibido…

Ulla me encargó realizar un colgante como regalo de cumpleaños para su hija Annabell. Hablando con Annabell, me comunicó que sus grandes pasiones son su hijo, la naturaleza y los gatos, y que lo que más le gustaría sería aunarlas conjuntamente en la misma joya: «Podrías, por ejemplo, poner a una mujer con su hijo, un gato, una árbol y una montaña…» La verdad es que al principio no sabía muy bien cómo hacer, porque las joyas que había hecho hasta el momento eran bastante sencillas y más bien minimalistas, pero tras varios diseños realizados en mi cuaderno, llegué a uno que me gustó mucho, se lo envié a Annabell y ella también quedó encantada, así que me puse manos a la obra… ¡Y aquí está! Me llevé una alegría cuando tanto Ulla como Annabell me comunicaron que también les había entusiasmado el resultado.

Se trata de un colgante de plata con un poco de latón para el sol. Fue realizado a partir de láminas en diferentes capas recreando la profundidad de campo de un paisaje de naturaleza en comunión armónica. También realicé los rallos del sol con la técnica de la filigrana y los frutos del árbol con granulado.

4 comentarios en “La comunión natural”

  1. Hola Amaia, como estas, como estais?

    Me encanta el nuevo broche!!! Es preciosisimo! Un 10! Eres todo una artista! Sigue asi trabajando!

    Un fuerte abrazo de tu vecina lavapeña Eva

    Enviado desde mi iPad

    > El 13 feb 2018, a las 16:48, Útero a Útero escribió: > > >

    1. ¡Hola Eva!
      ¡Me alegra que te guste la joya! Yo también he disfrutado mucho de todo el proceso de creación…
      Nos va genial, disfrutando del día a día, sanando y renovándome en los gestos cotidianos…
      ¡Confío en que tú también te encuentres estupendamente!
      Un abrazo,
      Amaya

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